Tres Simples Pasos Para Alimentar Tu Alma

¿Das to 110% en tu trabajo para luego encontrarte desgastado y cansado? Estar completamente comprometido con nuestros trabajos, proyectos, o misión, es realmente admirable, pero al mismo tiempo te hace cuestionar si tu trabajo y tu proyecto te necesitan tanto como tú a ellos. En otras palabras, ¿has trabajado en aquello que alimenta tu alma?

Reconociendo el Impacto

Al salir de la escuela obtuve un trabajo en IBM. Era mi primer trabajo y tuve la fortuna de tener un jefe que se preocupaba de mi desarrollo constantemente. De las tantas conversaciones que tuvimos, hubo una que resonó conmigo y que recuerdo hasta el día de hoy.  Me pidió que camine alrededor de la oficina y que observe detenidamente a la gente.  Me preguntó, qué era lo que notaba, luego él compartió conmigo lo que él vio: Mucha gente que venía al trabajo, que “sacaba un cucharón y tomaba parte de su alma” cada día de su vida.

Ellos entregaban un pedazo de su alma cada día y nunca recuperaban lo entregado.  Él decía que, con el tiempo, esta gente se convertía en “carcasas vacías.” Aunque se identificaban con su trabajo y podían fácilmente decirte lo que hacían en su rol, no estaban sintonizados con su ser interior.  No estaban “vivos” por dentro. La observación de mi mentor era que tu podías “verlo en sus ojos.”  En ese entonces, IBM estaba por empezar un recorte de personal radical y un proceso de redefinición de la compañía.  Estos cambios impactaron en lo más profundo de nosotros, hasta en aquellos que ya eran “envases vacíos.”

Responsabilidad Personal

Esta lección ha sido invaluable. Es un mensaje sobre liderazgo personal que se quedará conmigo toda la vida. Debo alimentar mi alma.  Nadie más puede hacerlo por mí, ni mi jefe, ni mi trabajo, ni mis compañeros. Esta lección gira entorno a “cómo” hago mi trabajo y el reto era saber si puedo alimentar mi alma mientras hago lo que mi trabajo requiere.

Deseo de Crecer

En mis 23 años con Stop At Nothing, he podido trabajar con diferentes tipos de líderes de distintas industrias y partes del mundo.  He aprendido que todos poseemos el mismo deseo intrínseco de crecer. Nuestra esperanza es que hayamos aprendido un poco cada día y que podamos hacerlo mejor el día de mañana.

El crecimiento puede ser profundo y personal, relacionado a nuestro rol como padre, madre, hijo(a), o amigo(a). Puede ser relacionado a nuestra carrera, salud, práctica espiritual, o a el desarrollo de nuevas habilidades y capacidades. Lo que deseamos puede cambiar con el tiempo, pero el deseo de crecimiento es constante. Queremos evolucionar, “alimentar” nuestra alma. Nos sentimos bien cuando somos capaces de hacerlo, pero nos sentimos estancados cuando no.

Tres Pasos Simples Para Alimentar tu Alma

¿Cómo puedes “alimentar” tu alma en el trabajo?

Aquí comparto contigo tres ideas simples que me han ayudado personalmente. Son una manera distinta de vivir tu día a día y que te permitirá usar tus reuniones, llamadas, presentaciones y mensajes como oportunidades para alimentar tu alma.

1. Honestidad Personal

Ser 100% honesto con uno mismo es increíblemente empoderador. Aceptamos la realidad por lo que es. Cuando has hecho algo bueno, reconócelo. Cuando hagas algo malo o te equivoques, se honesto contigo mismo sobre ello también. Haz lo mismo con tus emociones. Reconócelas por lo que son, de una manera directa y honesta.

Son pocas las cosas que te descarrilarán tan fácilmente como lo hará negar tus propias experiencias. Deja de escudarte en excusas, culpar a otros, e intentar engañarte a ti mismo. No funciona y sólo lograrás desgastar tu energía. No tienes que ser duro, simplemente honesto. Un simple “pude haberlo hecho mejor, la próxima vez lo haré de otra manera” puede llevarte muy lejos, y podría crear un gran espacio entre tú y tu respuesta emocional.

Mientras más practiques esto, más fácilmente te darás cuenta de que tu alma es independiente de tus experiencias, es posible ser una persona buena y atravesar por un momento difícil.  Reconocer que hay una diferencia entre nuestro ser y nuestras experiencias, nos fortalece y nos alimenta el alma. Internamente, ya sabemos cuál es la verdadera realidad, cuando permitimos a nuestra mente tener un diálogo interno para alinearse con la realidad, los resultados pueden ser poderosos.

2. Diálogo Genuino

Sé genuino en cada conversación. Al compartir cómo te sientes realmente, y mejor aún, por qué te sientes de esta manera, tu estableces una conexión que es ponderosa y real. Nuestras interacciones del día a día pueden convertirse en el motor que nos ayuda a crecer internamente.

Frecuentemente, ciertas conversaciones pueden servir como pautas sobre lo que realmente se intenta decir. Como resultado, nuestro diálogo puede ser superficial y sin importancia. Si eres genuino, no importa que los demás estén de acuerdo contigo o no, es la conexión con las personas lo que importa.  Es esta misma conexión la que alimentará tu alma.

La clave es empezar a notar nuestros sentimientos internos mientras interactuamos. Puede ser útil preguntarnos, “¿por qué estoy reaccionando de esta manera? ¿por qué es importante para mi?”  Si no nos sentimos escuchados, o estamos estresados en una situación, empieza por tratar de entender qué es lo que sucede internamente. Luego podemos expresar de la mejor manera que podamos expresar nuestro “por qué” de una manera genuina. Esto creará conversaciones de mayor calidad.

Sin importar cuál sea el resultado de la interacción (el qué), nuestros esfuerzos de alinearnos internamente con los demás (el cómo) puede ayudarnos a tener una mejor experiencia para todos. Lo que a su vez alimentará nuestra alma.

“He aprendido que la gente se olvidará de lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir.” Maya Angelou

3. Gratitud de Corazón

Expresar gratitud sincera a los demás y a nosotros mismos es un acto simple, pero ponderoso. Mi experiencia personal es que gratitud es la forma más rápida de fomentar una experiencia con nuestro yo real.

Piensa acerca de la última vez que expresaste gratitud de corazón y nota cómo te sentiste por dentro la hacerlo.  Talvez sentiste felicidad, paz, o tranquilidad. La clave es que la gratitud debe ser genuina, específica, y debe expresar por qué es importante para ti.  Tiene que ser real para ti.  Las palabras nos ayudan a acceder a nuestros sentimientos más profundos de aprecio, y mientras hacemos ello, logramos conectarlos a nuestros sentimientos de gratitud, lo que alimentará tu alma.

La gratitud de corazón puede ser interna también. Darte a ti mismo los mismos cumplidos que das a los demás puede llevarte bien lejos.

Un profesor mío solía decir que la clave del aprendizaje eran los pequeños momentos de autoconciencia que experimentábamos cada día.  Yo, constantemente, trato de aumentar mis momentos de conciencia, y encuentro que estas tres técnicas son útiles en el proceso de alimentar mi alma que empecé cuando estaba en IBM. Deja de permitir que tu alma se desgaste, utiliza estas tres simples técnicas para empezar a alimentar tu alma hoy.