La Falsa Dicha del Liderazgo Inconsciente

El liderazgo es algo natural para pocas personas. Para el resto de nosotros, el liderzgo efectivo es una habilidad adquirida a través de capacitación, intentos fallidos, y experiencias. La mayoría de las personas tienen el potencial para ser líderes excelentes, si es que están dispuestos a adoptar comportamientos nuevos y diferentes.  A través de 27 años trabajando con miles de ejecutivos, hemos encontrado lo que los líderes que se adaptan y crecen  tienen en común:

La habilidad de reconocer cómo sus experiencias pasadas gobiernan sus comportamientos actuales.

Entender cómo tu pasado puede impactar de manera positiva o negativa la efectividad de tu liderazgo es un factor clave para alcanzar el éxito. Las experiencias de la niñez y los eventos que cambian la vida, verdaderamente impactan la forma en la que percibimos el mundo y la forma en al que nos comportamos como líderes.

Ojos que no ven…

Recuerdo un antiguo jefe con el que trabajé hace mucho tiempo. Él, con mucha certeza decía “Ojos que no ven, corazón que no siente.” Él tenía dificultad para decir lo que pensaba delante de personas que representaban autoridad.  De pequeño, había vivido en una casa en la que los “niños debían ser vistos, pero no escuchados.”  Él llevó consigo esta creencia hasta su vida professional. A menudo aceptaba con facilidad las opiniones y los juicios errados de su CEO, nunca cuestionó, desafió, ni presentó ideas nuevas.

Un CEO nuevo fue contratado, y este buscó líderes que tuvieran la habilidad de cuestionar vigorosamente a aquellos que se encontraran en la “C-Suite.” La carrera de mi jefe colapsó bajo el nuevo líder. ¿Por qué? Porque se rehusó a reconocer cómo sus patrones de comportamiento, ligados a sus experiencias de la niñez,  le habían producido temor a decir lo que pensaba ante figuras de autoridad. Esto impactó negativamente su habilidad de ser decisivo, de ser fuerte en sus convicciones, y de comunicarse con su nuevo jefe.  Al ignorar la forma en que sus creencias generaban este comportamiento, perdió el poder de influenciar.

Las Experiencias de Vida de Alto Impacto Influyen en Nuestra Capacidad de Liderar

Las experiencias de alto impacto no sólo ocurren en nuestra niñez, las experiencias del día a día, como ser despedido por reingeniería, no ser elegido para una nueva posición ó trabajar con un jefe difícil, pueden impactar nuestro comportamiento  de liderazgo.  Alguien puede desarrollar rechazo a tomar decisiones riesgosas, luego de haber trabajado en una compañía donde la cultura organizacional castigaba hasta el error más mínimo.

Cambiando los Comportamientos de Liderazgo

Los participantes de el Seminario High Impact Leadership (HILS) aprenden a profundiad la forma en la que sus experiencias de vida pasadas han impactado su efectividad de liderazgo. Luego de haber participado en HILS, los participantes asumen mayor control e influencia sobre sus carreras y su destino haciéndose las siguientes preguntas:

  1. ¿Cómo estoy liderando el día de hoy? ¿Qué está funcionando? ¿Qué debo cambiar ó mejorar?
  2. ¿Cómo han impactado mis experiencias pasadas mi estilo de liderazgo actual en cuanto a fortalezas y debilidades?
  3. ¿Cómo estas experiencias provocan que mi liderazgo se “descarrile”?
  4. ¿Qué herramientas me ayudarán a reemplazar el comportamiento antiguo por un estilo más efectivo?

Caso de Estudio: “El Controlador”

Bob es el CEO de una compañía mediana que tiene una nueva tecnología que ha llamado mucho la atención.  Sin embargo, el cumplimiento de sus promesas puede fácilmente descarrilarse por el excesivo estilo controlador del liderazgo de Bob.

El estilo de liderazgo de Bob proviene de su crianza. Él vivió en un vecindario peligroso, en el que caminar por afuera podía presentar situaciones de vida o muerte.  Él estaba predispuesto a protegerse y a confiar en sus presentimientos. En su vecindario se trataba de atacar o ser atacado. Él tenía que tener la razón, si el estaba equivocado, esto podría significar serias consecuencias.

Su comportamiento de liderazgo se inclinaba hacia atacar, resistir, controlar y dirigir, en lugar de apreciar, acomodar, respetar y guiar. Por el tipo de mentalidad que tenía, era difícil para él ver situaciones que beneficiaran a ambas partes.

A raíz de HILS, Bob pudo reconocer y aceptar que dichas experiencias estaban controlando y manipulando su estilo de liderazgo poco efectivo. Encontró el valor para reconocerlos como reales y hacerlos a un lado.

A su regreso de HILS, él pidió a su equipo de liderazgo que le ayudasen a mantener lo aprendido, advirtiendole cuando esté por descarrilarse con una frase como: “Parece que tu controlador está de regreso.” Con el tiempo, el patrón de comportamiento negativo de Bob desapareció. Con naturalidad y consistencia pudo demostrar un estilo más efectivo, que era lo que la compañía necesitaba.

Caso de Estudio: “El Defensor”

Débora era la Jefa de Comunicación de una compañía de comunicaciones muy grande. Ella era uno  de los ejecutivos de más talento, uno de los más altos ejecutivos y conocía sus productos y su potencial mejor que nadie en la industria. Pero su respuesta defesiva ante retroalimentación negativa no le permitía colaborar efectivamente con sus compañeros. La gente temía hasta pensar en retar o desafiar las opiniones de ella en busca de mejores resultados.

Ella creció en una familia en la que fallar no era una opción, y tener sólo A’s era la norma y la expectativa. Este pensamiento perfeccionista elevaba su nivel de estrés y disminuía su creatividad.  Ella tenía la gran necesidad de que las cosas se hiciesen a su manera. Eventualmente, la gente dejó de comunicarse con ella y de darle retroalimentación.

Su experiencia de HILS, combinada con un Feedback 360, le permitió a Débora ver que vivía una mentira. Era la vocecilla en su cabeza la que le decía que “debía ser perfecta para alcanzar el éxito.” Desde entonces, ella empezó a invitar a la gente a cuestionarla.  Se convirtió en alguien más colaborativo. Este poderoso auto-entendimiento la liberó del eterno estrés que la debilitaba y le regaló mucho alivio a ella, a sus amigos y a su familia también.

¿Estás en Control del Destino de tu Liderazgo?

¿Qué tan bien entiendes tus fortalezas y tus debilidades? ¿Tienes algún patrón de comportamiento que te frena?  ¿Sabes de dónde proviene?

Desprenderse de una mentalidad o comportamiento arraigado no es fácil, requiere de mucho trabajo y puede tomar meses. Pero la recompensa es un mayor control de tu destino, y esa es una de las experiencias de liderazgo más gratificantes y liberadoras que podemos crear para nosotros mismos.

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