Usando la Conciencia Emocional para Mejorar la Efectividad de Tu Liderazgo

¿Alguna vez has escuchado comentarios como este? “Todos reconocen tu trabajo y aprecian tus contribuciones, pero ven un lado oscuro. Te perciben como alguien disruptivo y conflictivo. En pocas palabras: la gente se está cansando de ello y se está dañando tu imagen de liderazgo.”

Este no es un caso hipotético. Es la retroalimentación real que recibió un cliente mío sobre su liderazgo.

Como ejecutivo de marketing de una organización financiera, Jack obtenía buenos resultados y estaba designado como alto potencial, y al igual que a otras personas de alto rendimiento y alto potencial, a Jack se le asignó un coach para que le ayudara a prepararse para el siguiente nivel de liderazgo y mejorar las habilidades del mismo. Su coach era yo.

Jack iba bien. Sus logros y contribuciones hablaban por sí mismos. Él sabía que no le rehuía el conflicto y que no le temía a una buena pelea. Jack no era consciente del efecto que sus comportamientos agresivos tenían sobre los demás.

Lo ayudé a ver cómo su naturaleza combativa impactaba negativamente a otros, al mismo tiempo que dañaba su imagen de liderazgo. Su comportamiento no lo estaba beneficiando en absoluto, de hecho, su comportamiento combativo se había convertido en el principal descarrilador de su liderazgo.

Por primera vez, Jack se dio cuenta de que necesitaba abordar el problema.

Identificando los comportamientos

Pese a tener una mente analítica brillante, a estar profundamente comprometido y a enfocarse en los resultados, bastaba tan solo un factor desencadenante para transformarlo rápidamente en alguien conflictivo, aferrado a ganar y a tener la razón. Jack sentía una necesidad inmediata de arremeter contra el “rival.” Sus compañeros de trabajo lo describían como disruptivo durante reuniones, a menudo apoderándose de ellas. Decían que Jack “iba de 0 a 60 en tan sólo 2 segundos.” Era claro que sus emociones no estaban sacando lo mejor de él.

Yendo más profundo

Ayudé a Jack a identificar y analizar sus reacciones conductuales, esto le sirvio, pero no fue suficiente.  Para hacer un cambio fundamental, necesitábamos profundizar y descubrir la causa raíz de sus comportamientos combativos. Teníamos que explorar su mundo emocional. Necesitábamos identificar y analizar sus acciones profundamente, comprender el impacto de sus comportamientos y aprender por qué reaccionaba de esa manera.

Por qué las emociones importan

Los humanos somos seres emocionales, pero como no estamos acostumbrados a prestar atención a nuestras emociones, no las vemos. A menudo ignoramos, negamos, racionalizamos o intelectualizamos las emociones. Cuando hacemos esto, culpamos a los demás y no asumimos la responsabilidad personal por lo que hacemos y decimos.

Generalmente, identificamos las emociones como positivas o negativas. La mayoría de nosotros queremos evitar las emociones negativas, pero ¿qué pasaría si las entendemos mejor? Las emociones son mensajeros. ¿Qué pasaría si logramos entender su mensaje? ¿Cambiaría la forma en que lideramos, amamos, somos padres y nos comportamos?

Las emociones como mensajeros

Nuestro mundo emocional es extenso, y la agilidad emocional tiene muchas capas de complejidad. Sin embargo, entender estas dos distinciones puede ayudarnos a cambiar la frecuencia y la intensidad de nuestros comportamientos poco efectivos:

  • Primero, las emociones son energía en movimiento. Las emociones son predisposiciones para la acción.
  • Segundo, las emociones nos dan información. Transmiten lo que está sucediendo y la historia que nos contamos sobre la situación en cuestión.

Por ejemplo, la tristeza nos predispone a alejarnos. Nuestra energía está disminuida. El mensaje de tristeza es que hemos perdido algo que valoramos. El miedo nos predispone a evitar, a huir. El mensaje del miedo es que algo en el futuro puede lastimarnos.

El mensaje de rabia es un disparador de nuestros instintos de supervivencia. La ira nos impulsa a definir y defender límites de manera agresiva. El mensaje de la ira es una advertencia para protegernos.

La alegría nos predispone a compartir con los demás, a disfrutar el momento y a celebrar. Su mensaje es saber lo que es bueno en la vida.

Cuando entendemos estas dos distinciones, podemos abordar el mensaje subyacente y elegir la acción adecuada.

Entonces, ¿qué significó esto para Jack?

El problema para Jack no era la rabia en sí, sino la percepción de injusticia. Jack sufría de una historia de injusticias percibidas. Al ayudarlo a reconocer este patrón, pudo reformular y reinterpretar las historias que se había dicho sobre la injusticia. Una vez que comprendió que la percepción de injusticia era lo que desencadenaba su rabia y su comportamiento disruptivo, pudimos avanzar y Jack logró cambiar.

Como resultado, pudo abordar situaciones de injusticia percibida de una manera positiva y constructiva. Empezó a aprovechar el poder de las conversaciones para promover los intereses del equipo, así como los suyos. Este enfoque redujo significativamente y, en muchos casos, eliminó, su comportamiento reactivo y perturbador.

Cómo reprogramar las reacciones emocionales

Cuando enfrentamos situaciones difíciles, generalmente seguimos esta secuencia simple:

Sin embargo, estos dos pasos nos pueden llevar a consecuencias no deseadas. Una vez que entendemos esto, podemos agregar un “botón de pausa” que nos permitirá responder de manera consciente en lugar de simplemente reaccionar.

El Botón de Pausa: Una Forma de Controlar tus Emociones

Usar el botón de pausa nos ayuda a:

  • Registrar la emoción
  • Conectarnos a su mensaje
  • Elegir una respuesta más apropiada
    • Reinterpretar la historia que te estás contando sobre la situación
    • Participar en una conversación constructiva

Para Jack, comprender lo que realmente sucedía tras cada uno de sus arrebatos emocionales le permitió incorporar el “botón de pausa.” Pudo interrumpir sus comportamientos reactivos y tomar diferentes decisiones de comportamiento.

Cuando Jack incorporó estos pasos de manera regular, comenzó a abordar el conflicto de manera más constructiva, teniendo conversaciones más efectivas, lo que contribuyó significativamente a un ambiente de trabajo positivo. Con estos cambios, reabrió sus oportunidades de crecimiento profesional.

Recuerda, las emociones aparecen por una razón. Escucha lo que tienen que decir. La agilidad emocional es una herramienta que puedes usar para desarrollar tu inteligencia emocional y te ayudará a mejorar la efectividad de tu liderazgo.

Cecilia Calderón
Senior Consultant
Stop At Nothing, Inc